viernes, 27 de febrero de 2015

El marketing en la industria automovilística


El sector del automovilismo ha experimentado grandes cambios desde que se empezó a producir el primer coche en serie con el Ford T en 1907. Éste coche revoluciono el mercado, masificando un producto que tradicionalmente era difícil de producir, y por tanto, exclusivo hasta ese momento.

Ford Motor Company se convirtió, gracias a las ventas de este producto, en la empresa líder del sector, ofreciendo un producto eficiente y barato que todo el mundo pudiese comprar. Es decir, estableció una política de segmentación indiferenciada: ofrecía un solo producto para todo el mercado sin tener en cuenta diferencias entre los distintos grupos que pudiese haber.

Esto tenia sentido ya que el producto era nuevo, y los consumidores no tenían tanto una necesidad de un producto especifico y personal como de poder adquirir el producto básico: un coche que les permitiese desplazarse y que tuviese un precio accesible.

No obstante, esta política de segmentación no siempre es la mas conveniente, como quedó patente con el paso del tiempo, pues poco a poco los consumidores fueron demandando una mayor capacidad de personalización del producto, por ejemplo poder elegir entre una variedad de colores del chasis o de materiales para la tapicería, entre otras cosas. Ford no se adaptó suficientemente rápido y perdió el liderazgo del sector frente a rivales como General Motors que apostó por aumentar la variedad de productos por los que el cliente podía optar.

Esta tendencia ha continuado, llegando hasta el punto de que, a día de hoy, la mayoría de las empresas permiten personalizar el producto en la propia página web de la marca; ya no sólo el color del chasis, sino la potencia del motor, el tipo de gasolina que utiliza, aplicaciones extra (gps, velocidad de crucero, aviso de proximidad, etc). No queda ahí la cosa, sino que además se han ido creando una gran variedad de clases de coche, para permitir que el usuario elija entre distintas posibles combinaciones de atributos que afectan incluso a las características más básicas del producto (todoterrenos, deportivos, compactos, etc). Es decir, ha pasado a generalizarse una política de personalización o “customización”, ofreciendo a cada consumidor la posibilidad de crear un producto único para si mismo.

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Mini, un ejemplo de implementación de una política
de personalización en su propia página web





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